Entré en la última esperanza
de repente.
Le dije a Dios que me esperara
que ya iba,
alcé los ojos hacia las señales
que engrosaban la historia con sus frases indemnes
de repente.
Le dije a Dios que me esperara
que ya iba,
alcé los ojos hacia las señales
que engrosaban la historia con sus frases indemnes
el verbo me apuraba
adelantándose a la intempestad
adelantándose a la intempestad
Dios, Dios,
ante mi lápida una mujer llora.
ante mi lápida una mujer llora.
Se parece a mí.
Susana Lizzi
2 comentarios:
Sú, ayer le llamé a Lety y aún no ha llegado...pero en cuanto la vea, le pido el correo de Marta Leonor y te lo reviro, un abrazo, y gracias por leer mis aventuras y las de mis compañeras mexicanas. También te digo que cada día me gusta más lo que subes a tu blog, así que sigamos escribiendo compañera, un abrazo, Lucero
Lucerito, saludos a Leticia Luna y a Marta Leonor González, esa nicaragüense que es una poeta bien grande, igual que vos. Un abrazo. Sú
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