jueves, 27 de marzo de 2008

POEMA: ANIVERSARIO



Puedo creer tu nombre, tu paisaje
de febrero subiendo por el año.

Encontrarme de pronto enaltecida
por tu amor de veinte años de distancia.

Entender la pared que dobla rastros, jugando con la vista.

Puedo quedarme sola alguna tarde
sin pensar en fantasmas.

Esta fe del amor en mi regazo
me tiende frente a Dios
y me rescata .
Crecimiento
(A Mario)

Voy creciendo en tu nombre
harta de escapar de tanta necedad
harta de espiar detrás del atentado de la envidia
y de esconder el único vestigio de mis alas.
Voy creciendo en tu nombre
me acerco a tu valiente palabra despeñada
entre el grito del poder
y la canción de los despojados;
voy apuñalando mis insensibilidades
y aprovechando al máximo la carga de humanidad
que me transmites.
Voy arrojándome a ti
porque me prometes que los demás son seres imprescindibles
y tu sola presencia me redime.

Susana Lizzi

CRISTINA DOMENECH

Hay personas con actitud generosa. Cristina Domenech es una de ellas. Tuvo, además, la gentileza de obsequiarme su libro, "Demudado", del cual he escogido este breve poema para compartirlo con ustedes.

"Vayamos de pesca
Padre armará la caña
y veremos

Cuando se hunda la boya
alguien morderá la carnada

Entendí tarde el sentido de la vista
como pura astucia"

Cristina Domenech nació en San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Publicó "Impalpable", Ediciones Último Reino (1994), "Condensación de la luz", Libros de Alejandra (1998) y "Tierra Negra", Ediciones del Dock (1999). Colabora con publicaciones del país y del extranjero.

jueves, 13 de marzo de 2008

MARTÍN GARCÍA LIZZI

Este valioso poeta de Gualeguaychú integró el grupo literario "Vigilia" que coordiné desde 1999 a 2003. Obtuvo numerosos premios literarios. Participó del espectáculo "Poesía desde el vértice" que se presentó en la sala Alfonsina Storni de la Feria Internacional de Libro de Buenos Aires. Su obra está marcada por un estilo metafórico muy particular.




















MADRE


Vilo de fuego en el frío de cruz,


cúmulos de dolor orientan su día


mientras ella destila un monte de latidos


que desdeñan el genérico color del rumbo.


Ella; nacida del breve instante


es el apóstol que abraza


la efímera obra de la eternidad.

Martín García Lizzi

sábado, 8 de marzo de 2008

LOS PRIMEROS MIL

No es que me haya agrandado, pero aunque el visitante número mil se ha identificado, lo cual es una alegría para mí, esto se ha dado cuando es el Día Internacional de la Mujer y creo que este hecho amerita unas líneas, aunque breves, dada la hora que es. Voy a ligar mi reflexión a este asunto de los blog. Creo que todavía vivimos en una sociedad con fuertes resabios machistas que impregnan hasta la gramática, y que las mujeres seguimos día a día rindiendo examen en todos los órdenes de la vida; siempre tenemos que estar demostrando que; cada vez nos exigimos más y, aunque a veces nos sentimos agobiadas, también sentimos que nosotras sí podemos "masticar chicle y cruzar la calle". Las mujeres podemos. Y podemos mucho, es cierto; pero pagamos un alto precio por ello, sobre todo a nivel organismo. Tal vez llegará un momento en el que la presión social no se haga sentir tanto sobre nuestros hombros y estemos en las mismas condiciones que los hombres para construir una sociedad más justa, pero mientras tanto, tendremos que ir buscando nosotras el equilibrio necesario para que ser mujeres no tenga precio.
Saludos desde este humilde sitio a todas las mujeres y, a las bloggeras muy especialmente.

viernes, 7 de marzo de 2008

POEMAS FLACOS

Este poema me parece raro. Y está bien que me parezca eso, porque quiere decir que sigo en la búsqueda. Seguir en la búsqueda implica la propuesta del hallazgo. Por lo tanto, persiste la esperanza de encontrar EL poema, EL estilo, La poesía.

MÍOS
Estos poemas
flacos
desnutridos
se asoman a través de una cortina de lona
absortos.
Espíasde ojos hundidos y
macilenta piel
estos
intrusos
polizontes endebles
detrás de una valija en la húmeda bodega
de un tren insólito
son mis niños desnutridos
mis muchachos sin casa
mis calles compungidas
aire contaminado .
Ingratas ráfagas de pesadilla
estos son
mis raquíticos poemas
a punto de alzar los brazos
y pedir
el alto el fuego
pero no
yo creo
que sus quebradizos huesos todavía
intantarán
ponerse de pie
y no poner
la otra mejilla.

REBELDES?

No se llevan muy bien
estos poemas
con la prolija
rima y el aséptico horizonte.
No gustan de la diplomática
palabra ni de la pérfida promesa
de mundos mejores
o idílicos paisajes;
no les atrae la rica vestimenta ni el señorío ni la pompa;
no tienen blasones: son
parias perplejos, desatentos, descuidados
tropiezan
entre ellos y ríen
desdeñando el encaje
la puntilla, las florecillas
los pajarillos y los pimpollos…son
un poco ácidos
ariscos esquivos,
salvajes.

miércoles, 5 de marzo de 2008

ORLANDO VAN BREDAM- FERNANDA CANO



Cuando comencé con este blog, con este juego que era un desafío para mí -que solo manejo el Word y hasta por allí nomás- nunca imaginé que en menos de dos meses fuera visitado por más de novecientas miradas.
Estoy profundamente agradecida con las personas que se interesan por este refugio, esta manera de difusión de material que no se puede editar, esta especie de biografía mezclada con poesía, con cuentos, con relaciones entre escritores, entre amigos.
Ojalá que sigan entrando en mi casa blog. Trataré de tener siempre algo para convidarlos.
Y justamente, con esa intención, agregué esta foto, tomada en el Primer Encuentro Internacional de Escritores de Gualeguaychú (2001). En ella están leyendo sus trabajos la talentosa Fernanda Cano, Licenciada en Letras, docente de la UBA, novelista, y nuestro copoblano, Orlando Van Breddam, muy apreciado por los gualeguaychuenses mucho antes de que el premio Emecé lo catapultara al plano nacional.

UN CUENTO DE LUIS LUJÁN

EL BAGRE COMPAÑERO
Luis Luján (1)


Si lo veo al Bagre Rojas, pedazo de muchacho. Ni siquiera un bagre era tan parecido a un bagre como era el propio Bagre Rojas. Montaraz de hacha en mano en los chatos montes de espinillo y tala de Las Ceibas. Se quedaba un mes y medio sin salir del obraje y cumplido ese tiempo, salía una semana de franco. Semana que recalaba, entera, en el boliche del Gordo. Su experiencia en mostradores y mamúas le había enseñado que si se sentaba en un banquito y en una esquina, las paredes lo contendrían de una eventual caída y eso le daba tranquilidad. En esa esquina pasaba la semana de descanso. Ejemplar único, el Bagre, cantaba y chiflaba a la vez, nunca he visto otro caso igual. Chupaba, se dormía, despertaba, en ese orden, orden que, en él, era circular. Si se dormía cantando, cuando despertaba retomaba el chamamé en donde lo había dejado, feliz anticipo de la memoria digital. Como tipo completo que era, una tarde que lo invitaron a un picado en la canchita de enfrente al boliche, aceptó. No iba a decir que no si era parejo y los parejos en este pueblo no le hacen asco a nada. Y fue al arco, único puesto posible para el Bagre. Allí, debajo del travesaño, bien al medio, hacía visera con la mano, el sol de frente le daba de manera criminal. El boliche estaba a cien metros de la cancha y la mirada del Bagre, quemada por tanto fuego, oscilaba entre el campo de juego y el boliche que le traía esa nostalgia de la siesta al reparo, el sosiego que da el botellón al alcance de la mano. Entonces comenzó a evaluar que, si bien no tenía esa cobertura de paja y chapa, podría tener, al menos, el reposo del botellón al pie del arco. En cierto momento en que la pelota rebotaba cerca del área enemiga, Rojas consideró oportuno ir de una carrerita hasta el boliche y traer su vino para cumplir el sueño de la botella al pie. Y salió con trote confiado, no había peligro, la jugada estaba lejos. Esa distensión lo llevó del trote al tranco apurado que enseguida transformó en tranco pasivo a medida que se acercaba. La proximidad del líquido prometedor hizo que los sentidos del guardavalla comenzaran a gozar de antemano, sus bondades. Así iba, como en un ensueño, como siempre iba, hasta que escuchó unos gritos paralizantes por lo graves: ¡Arquero... arquero...! ¿Dónde está el Bagre?, inquirían las voces de los compañeros. Y el Bagre, recobrado en un orgullo ancestral de cumplidor, ahí nomás pegó la vuelta, sin botella. Esparcía cascotes con las botas de goma a medida que incrementaba su velocidad. Claro que el contragolpe fue mucho más veloz que el orgullo del Bagre y a la defensa no le quedó otra que barrer un delantero para evitar el gol. ¡Penal!. Y vinieron los reclamos: ¿Bagre hijuesiete... dónde te habías metido...? El arquero, sin responder, tomó posesión del cetro momentáneo, se agachó un poco y entornó los ojos oblicuos para ver mejor. Pata e´ fierro, ejecutor del tiro libre penal por razones obvias, busco su distancia en medio de un silencio mortífero. Pata corrió. Pata tiró. El Bagre adivinó el lado. Con ciertas reminiscencias aborígenes y con esa elasticidad que suele dar el trabajo en el monte, ensayó una volada hacia el ángulo acertado, no como las tradicionales con el puño listo para sacar el balón, sino una volada al revés, patada voladora que fue a dar, violenta su bota contra el poste. El tiro salió arriba, a la derecha y afuera, pero el arco tembló, tembló también el tobillo del Bagre que de inmediato se hinchó, hinchando además la Pampero que cobró grosor y brillo. En acto instintivo de supervivencia, el arquero, cabeza abajo, estiró los brazos que no fueron suficientes y su cara afilada fue a dar de lleno contra la tierra en polvo. ¡No si no tenés arquero por las calores!, dijo Lombriz Coqueta, aguatero del equipo, vinero en este caso. ¡Nunca había visto un bagre comilón de tierra!, dijo otro, mientras el Bagre Rojas, la cabeza doblada contra el poste, ciego su ojo derecho, redondo de tierra pisoteada, escupía saliva de vino con pasto tragado en la bajada, con el dolor del cogote, capaz quebrado, con la hinchazón del tobillo, capaz pa´ siempre, pero con el honor a salvo... ¡Carajo!


El Bagre compañero, comentado por Lilí Muñoz

El relato logra un remate que es a la vez apertura inaugural a la pluralidad de sentidos. Con rasgos metonímicos marcados desde las imágenes y el vocabulario, el desarrollo va delineando un personaje de la comarca, con expresiones al tono, de cosecha oral, cotidiana, precisas en su contundencia realista y poética a la vez.
El cuento es un género en el cual Luis Luján no se aleja de su condición de poeta, aunque la opción por el relato, en esta instancia, pudiera sugerir otros carriles en lo discursivo, en una primera aproximación de lectura. El no revelamiento directo de esa poesía que es casi un subtexto, la opacidad y la densura, desde mi perspectiva, favorecen la recepción polisémica que se va gestando. El personaje, el Bagre Rojas, se reinvindica en su condición de ser humano, con su pequeño gran acto de heroísmo, quizá el único de su vida, la defensa del arco, la lealtad a la palabra dada, a costa de su cuerpo, de su propio dolor físico. El Bagre es y será para siempre un héroe de los de todos los días, más aún, un héroe paródico, es decir un hèroe dramático, porque al tiempo que leemos un acto de la envergadura epopéyica de un Aquiles quien prefirió la gloria (el honor -en el caso del Bagre- informa el narrador) a una larga vida, es el Bagre un personaje que realiza la proeza desde su estado marginal, ¿circunstancial o consuetudinariamente borracho? El narrador indicia lo segundo. Pero es este mismo Bagre, el de los vinos, quien, contradictorio e inconsciente en la búsqueda de su areté, protagoniza la ¿mínima? gran gloria casi esperpéntica desde el anonimato y la ninguneidad. Sacrifica literalmente el bienestar, por pequeño, tal vez desechable y hasta censurable que aquel -desde otras perspectivas que no fuesen las del personaje- pudiera parecer, ofreciendo en un ignoto partido de potrero el desgaste y fragmentación de su propio cuerpo.
El final del cuento del escritor entrerriano Luis Luján trae el eco de otro final, el de Expedito González, el Fantasista[2], también él esperpéntico personaje que lectora y lector deben a la pasión del fútbol. El Fantasista, en un enfrentamiento entre equipos de pueblos surgidos de la explotación minera y a la vez perdidos y en extinción en la pampa salitrera del norte de Chile, logra sus más preciados sueños: recuperar la caricia de su ocasional compañera de desamparos, una prostituta de las rutas del salitre, conocida como la Colorina o la Malanoche, y la innegable ovación del público. Mientras, inmola su cuerpo y su vida en un partido donde se confunden lo deforme y lo sublime, el ridículo y lo amoroso de las relaciones entre seres humanos, aunque se trate de aquellos y aquellas que no aparecen por pantalla de TV, no tienen voz ni son transmitidos en las grandes cadenas radiales o publicadas sus hazañas en tiradas de diarios importantes. Es que en ambos personajes, en el Bagre Rojas y el Fantasista Expedito González, el héroe/antihéroe (o al revés) se manifiesta en el ámbito de lo local, desde los lugares de la querencia, desde los rasgos de sus aquí y ahora, para insertarse en el universalismo de los temas de siempre del ser humano y de la literatura de todos los tiempos y culturas. Los dos optan por vivir de determinada forma en la memoria de su público, a través de un instante y de una manera de creación en esta vida, la suya, la propia: dicen de su estancia y del final de esa estancia en un gesto y en un acto singular, en el que el cuerpo, vitalmente, se compromete: el protagonista cumple su sueño porque el cuerpo está allí, es ofrenda, comida y néctar, ilusión, carne y finitud .
Luis Luján retoma el insondable tema de la muerte y de la vida, el siempre tema del amor y de sus contracaras, sus complejidades y aristas. "Si no creyera en el escucha...", " Si no creyera en el amor... " parece estar exhalando la boca del montaraz Bagre Rojas, mientras se inunda de la tierra del potrero comarcano. ¿El héroe/antihéroe vuelve a sus orígenes, al seno de la madre tierra, se sumerge y mimetiza en ella y con ella...?

Lilí Muñoz, lidiar@arnet.com.ar poeta y escritora; profesora en Letras. Ciudad de Neuquén, Provincia del Neuquén, Patagonia Argentina, julio del 2007.
[1] Escritor y poeta argentino, nacido en San.José de Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina, en 1953. El relato El Bagre compañero, escrito en febrero del 2007, es inédito. Luis Luján ha publicado el libro de poesía A pesar de todo publicado por Ediciones del Clé, 1996, y Libros en Red, www.librosenred.com; el libro de relatos, Entre Ríos al Sur, en coautoría con Andrés H. Casareto; y Muerto el Pedro se acabó la rabia, relatos, 2005, Edit.Tierra del Sur, Barracas-La Boca, Bs.As.

[2] Personaje de El Fantasista, novela del escritor chileno Hernán Rivera Letelier, Alfaguara, Bs.As., marzo del 2007.

NOSOTROS Y EL RÍO

CANCIÓN VITAL
La palma pueblerina
acaricia
el lomo de esta ciudad descalza
recoge en el cuenco de su historia
el agua sabrosa de este río “de andar lento”,
río de cauce que bosteza al modo del chaná
o que se encrespa como aquellos charrúas que bebieron
su líquida sabiduría.
De puño y luz el río celebra
las bocas abiertas de las calles
que llegan para hacerle compañía.
Su rumor manifiesta
la vital canción de lo posible.

DISTANTE CERCANÍA
Vivo a tres cuadras del río
(en Gualeguaychú
todos viven a tres cuadras del río)
conozco la cadencia que hay que destellar
para andar por la orilla
y para deslizar por el agua
esa ensoñación que trepa por talas, ceibos, algarrobos
y culebrea hasta Puerto Boca
para darle aliento al Uruguay.
Conozco esa sístole y diástole de sueños
que acarrea la arena
humedece la tierra
ayuda a la raíz a estarse adentro
mientras
mi alma llueve palabrasdesde de esta cuadra
¡tan distante de mí!.

LUGARES
Por la tarde,
el blanco de las garzas golpea el dulzor del agua
cuando vienen a la Isla Libertad
frente al Camino de la Costa.
Se quedan a la noche
titilan contra la oscuridad como estrellas de plumas
y espejea blancamente el río. Las aves
tienen un lugar dormido
que despierta
con ellas.

CANCIÓN DE PERTENENCIA
Las aves cantansu canción
de pertenencia
(aún cuando Botnia está cerca
levantando su dedo sentencioso)
Las arduas aves cantan
despiden al aguacero helado
de este invierno,
su marcha en el cielo tiene una cicatriz de ausencias
es que muchas quedaron
crucificadas
en los campos.
Su destino-latido hiende la voracidad como estilete;
con una paciencia insospechada
nos dice:
“Esta
no es la manera”.

GUSTO A PALABRA
No dejo de sentirle el gusto a la palabra
y tiene gusto a espina,
a gotas de rocío entre las hojas,
a yuyo atravesando tierra,
a rojo de ceibo que me canta
-lascivamente tierno, tiernamente lascivo-
a la orilla del río bostezante.
No dejo de pensar que cada letra
entra y sale de mi boca intrusamente,
que ondea y es bandera cuando me pone frente a ella
y es cobija de sangre que se me incrusta adentro.
No,
no es posible dejar que me traslade
como si fuera yo la que convoca...
¿por qué permito el paso del silencio
el azote de su fe que me quiebra
o me sube a ese árbol de la infancia
donde yo era tan sólo la semilla creciendo
en la mañanita fresca
el vecino en la puerta y la fragancia
de la leche recién ordeñada?
No dejo,
no dejo de sentir que las palabras
tienen risa tenue y azul con encendidas crestas
que si la oyes, marea,
que si no, te pierdes todo lo mejor de la tierra
porque su presencia, francamente,
es un portal que no sé si recorro
o me recorre.

RIO INTERIOR (De Cortes de piel)
A veces no sé qué río me transita
me desconozco tan tranquilamente
que paso a mi lado oyendo mis palabras
y observo desde cerca la ignorancia de mí.
Ni siquiera me arrogo un nombre
ni me atrevo a saborear
la sabia vertiente de mi historia cuajada en fotos
o en voces ajenas,
ni siquiera en la mirada de los que me suceden.
A veces no sé qué cauce es el que lleno con estas densidades
ni porqué se espantan los huesos de mis sombras alrededor del frío y la tiniebla
a veces la muerta que anda siempre conmigo
me dice que soy ella
y yo
le creo.
Susana Lizzi

martes, 4 de marzo de 2008

VEO VEO- LECTORAS

Me decía Neli, en un mensaje desde Chos Malal, Neuqúen:

"Tengo una librería: VEO VEO Libros; muy linda, chiquita pero muy cálida y es la única que hay en todo el norte del Neuqúen. Te cuento esto porque me encantó la reseña que hacés de los libros que has leído; trabajo con Colihue, FCE, Debolsillo, Punto de lectura, Alfaguara, Ediciones B, Taurus, Emece, Tusquet, Planeta. También con distribuidoras que me envían de otras editoriales cuando me lo solicitan. A mí me gusta la novela latinoamericana: Isabel allende, Angeles Mastreta, Marcela Serrano, Benedetti ("La Tregua" me encantó), Juan Gelman, Puig, Milán Kundera...Hay tanto y tan lindas cosas. En fin es interminable. Herman Hesse, es lo que más he leído."
¡Qué satisfacción tan grande encontrar gente lectora derramada como miel por toda la Argentina!

domingo, 2 de marzo de 2008

GRUPO ALEGRÍA


Ellas son las escritoras Graciela Licciardi, Nuri Escorza y Mabel Fonteau. Son algunas de las integrantes del Grupo Alegría, coordinado por Graciela y por Cristina Pizarro que realiza importantes actividades en Buenos Aires, tales como encuentros de arte, recitales de poesía y exposiciones, además de talleres de escritura.
En noviembre de 2007 me invitaron a leer poemas en el Instituto de Antropología y Pensamiento Latinoamericano, donde acudí gustosa y honrada, por supuesto.
Asistieron, entre otros, mis queridos ex integrantes de Vigilia: Andrés Velázques y Martín Pucheta. Amables e incondicionales. Hice una introducción en la que habé de la lucha de Gualeguaychú contra la instalación de las Pasteras, con datos que me aportó generosamente mi amiga, la periodista Verónica Toller, ganadora nada menos que del Premio Don Quijote.
Atrás, mirando los cuadros, está Yolí Fidanza, poeta increíble que me obsequió su libro en esa oportunidad.

Cultura en Plural

En Larroque hay un espacio denominado "Cultura en Plural", un lugar donde se propone el acceso a la cultura desde un lugar profun...