domingo, 27 de septiembre de 2009

LUIS CASTILLO DIXIT


"No creo que haya acto más maravilloso que la creación.
Crear es dar vida a algo, un algo que puede ser biológico, artístico o simbólico. Dar vida de un modo conciente: patrimonio de nuestra raza de hombres imperfectos. Nuestra lengua, el español, nos permite la antonimia de la primera persona de los verbos crear y creer. Pero son muy distintos sus antónimos: destruir en un caso y descreer en otro. Uno puede no creer en algo pero aun así no puede evitar que eso exista. Se me ocurre que la literatura, que de eso se trata lo que nos convoca en esta noche, nos da dos ejemplos que desde algún punto pueden estar distantes pero convergen en la óptica que quiero tomar al mencionarlos: la biblia y Las Mil y una Noches. Uno místico por excelencia, el otro profano. Tanto uno como otro nacen y se difunden en forma oral, de boca en boca, durante años, siglos, hasta finalmente convertirse en palabra escrita. En libro. Y quizás sean esos años de oralidad lo que haga que no sólo no pierdan su fuerza de verdad sino que, además, tal vez la acrecienten. Eso no es otra cosa que la tradición. El modo en que los textos se transmiten de generación en generación, aunque esos textos ni siquiera existan como tales, o como los conocemos.
La boca al rojo vivo, afirma Susana Lizzi, hace referencia a la boca del brasero caliente que daba calor durante los inviernos a los hogares en los que, como el de ella, no había otra forma de calentar como no fuera a través de esa boca roja del brasero. O de la boca de un relator, teñida por el calor del fuego, o quién sabe sino por la calidez de los relatos. Ese relator, en el contexto casi autobiográfico del libro de Susana Lizzi, no es otro que el Nato, su padre. Un hombre que remedando los dotes de una Sherezada de ahora nomás y de acá a la vuelta, reunía a sus hijos bajo el circular hechizo de un brasero o bajo el inconmensurable cielo tachonado de estrellas o de nubes agoreras y contaba historias. Creaba historias. Porque las historias son los que el relator hace de ellas. Historias no para creer en ellas sino para gozar con ellas. Y que Susana Lizzi decidió reunirlas en este libro. Quizás porque considera que los tiempos de oralidad ya se han cumplido y es hora de transformarlas en palabra escrita. Aunque tal vez, como ella misma nos advierte: “la traducción que haré de su palabra no tendrá su vigor ni su gracia; pero de algún modo quiero trasladar sus anécdotas”. Scripta manent, verba volant decía Caio Titus ante el senado romano: lo escrito permanece, el verbo, la palabra, vuela, es efímero, fugaz. Esta cita, curiosamente, tiene dos interpretaciones: hay quienes afirman que lo que quiere expresarse es que lo que no esta escrito desaparece, se lo lleva el viento, se pierde de algún modo. Y hay quienes piensan que su significado es otro, que por el contrario, la palabra escrita permanece atada, la otra vuela, tiene alas y vuela mientras la letra permanece inmóvil, muerta.
La boca al rojo vivo esta escrito de un modo tal que no debe ser leído en silencio sino en voz alta, relatando los relatos (si se me permite la expresión) extrayendo de cada historia, maravillosamente contextualizada, su espíritu de oralidad. Su libertad de origen. Porque Susana Lizzi no se apropia de las historias que sabe que no son de ella, ni del Nato ni siquiera de quien pueda habérsela contado al Nato. Son historias para quien circunstancial y transitoriamente se siente alrededor de alguna imaginaria boca al rojo vivo con otro que escuche, comparta y goce de cada uno de ellas. Sin intentar adueñarse de ellas, porque son de todos y sin embargo no tienen dueño. Como no lo tienen las palabras, los recuerdos ni los sueños. Es muy probable, concluye Susana Lizzi, que desde aquellas primeras narraciones hasta las ultimas escuchadas hace no tanto tiempo, yo haya cambiado tanto que la trama esté transformada definitivamente, entonces, todo esto podría considerarse si no una resaca de la memoria, un penoso rescate de hechos mezclados con emociones cambiantes como los seres mismos, como el mundo mismo, como la mismísima capacidad de ver y recordar las cosas”.

jueves, 24 de septiembre de 2009

RAÚL GÁLVEZ CUÉLLAR

PARA NO REGRESAR

Desciende el poeta desde la alta colina
que levantó su corazón.

Baja del cielo con el dolor de todos los hombres,
de donde había ascendido en carruaje de oro,
escoltado de colibríes que anunciaban su alegría.

Viene de donde construyera con sus manos,
con sus manos que ya no eran las suyas,
el más hermoso altar de adoración.

Desata la tempestad sobre la tierra,
y entre el diluvio de sus lágrimas
percibe el arco-iris.

Pero es en vano, pues baja solitario,
con la tristeza de todos los hombres.

Y aunque inmenso es su dolor
y sueñe con volver a su altar,
él sabe que debe decir adiós
para no regresar.

Raúl Gálvez Cuéllar
Poeta, narrador, crítico literario y abogado peruano.
http://rgalvezcuellar.blogspot.com/

miércoles, 23 de septiembre de 2009

CFI: ACTO DE ENTREGA DE DIPLOMAS



El 4 de setiembre, en el Museo de Bellas Artes, de Paraná, se realizó el acto de entrega de certificados a los coordinadores de proyectos sustentados por el CFI y la Subsecretaría de Cultura de la Provincia. El acto contó con los responsables de proyectos de toda la provincia, Alfredo Ibarrola (por el CFI) y representantes gubernamentales, entre ellos, el Subs. de Cultura de la provincia, Roberto Romani (en la foto, conmigo). Amigas escritoras de esa ciudad, como Marta Álvarez, Martha Raymundo y Graciela Pacher, concurrieron al acto para acompañarme en un momento tan significativo.

QUÉ NOCHE LA DEL 27 de agosto



miércoles, 2 de septiembre de 2009

SOBRE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO



FOTOS, DISCURSOS, ANÉCDOTAS, IMPRESIONES...
DIJO EL ESCRITOR DARÍO CARRAZZA“El arte está llamado a dejarnos una huella, algo que persiste como marca de la obra misma. Es la primera impresión, aunque inmediatamente –o al tiempo- nos despierte muchas otras, porque el arte despabila lo que nos distingue como humanidad.
Esta marca inicial –que nos convoca al resto- puede ser un predominio del ingenio, la erudición, la estética, el humor, el drama.
“Con la boca al rojo vivo” nos convoca desde la emoción. En los relatos manda un tratamiento de lo íntimo que trasciende al mero anecdotario personal y se constituye en demostración inteligente de que allí lo universal reside.
Borges decía que lo simple y lo complejo se habitan mutuamente.
Algo análogo sucede al repasar los diálogos de los hermanitos Lizzi con su padre, que es a su vez un hombre de trabajo y como un Schehrezade de ahora en más y de acá a la vuelta. En ellos se despliega la inmensidad del cosmos y la interminable historia del mundo a través de cosas que han pasado –o mejor decir: que se han hablado- en un pequeño y periférico escenario.
Esto no es casual. Ocurre, en primer lugar, porque lo infinito se halla en los extremos y en el medio. Siempre entre dos puntos hay un tercero y así sucesivamente, de lo que resulta un infinito interior.
En segundo lugar, y es lo que en realidad nos importe –y nos alegra-, esta íntima proyección del cosmos se la debemos a la incandescente pluma de la autora.
Pero esto no termina aquí, en la creación de una escritora “en el justo ejercicio de sus días”. Es que en la pluma que nos ha traído esta obra ha vivido también el compromiso de la autora con la región, la historia, las tradiciones y uno de sus desvelos: la docencia.
Así que “Con la boca al rojo vivo” es, a la vez que una obra de arte, una herramienta para afianzar nuestra cultura, sentido de pertenencia provinciano y familiar, mitos y leyendas. Y es una herramienta para la enseñanza de todas esas cosas.
Este compromiso es ajeno a los que naturalmente pesan sobre el rol del escritor.
Susana se ha hecho cargo de él con expreso y formidable denuedo pedagógico, valiéndose de la emoción como energía generadora de predisposición al aprendizaje.
En el arte de tapa y diseño interior, Mario Daniel Bertuzzi, le ha conferido al libro un marco propicio desde los épicos rojo y negro que marcaron las luchas obreras de principios del siglo veinte.
Obra de arte, rescate y defensa de lo regional, exaltación de los valores familiares en clave autobiográfica, manual de estudio que los atareados 12 años del sistema educativo formal no podrán pasar por alto.
“Con la boca al rojo vivo” expresa, en síntesis, un múltiple compromiso -de valor inapreciable en nuestros tiempos propensos a la globalidad y al nihilismo-, con la literatura y dos criterios políticos de jerarquía entrañable y, en cierto modo, inescindibles: la Educación y la Identidad.”

CARTA DE “LICHA CIGLIUTTI”, MI MAESTRA DE QUINTO
Gualeguaychú, 27/08/09
Susana:
Con profunda emoción, sano orgullo y muy honda satisfacción, te acompaño espiritualmente y comparto este nuevo logro de tu accionar humano y literario.
Me alegra que puedas regalar a quienes te lean tus vivencias y la calidad de tu veta de escritora: sublime regalo que te han brindado Dios y la vida.
No olvido nunca a la pequeñita coqueta y movediza, de cabellos negros, sujetos en una cola inquieta que caía sobre tu impecable guardapolvo blanco.
Te “veo” en lo profundo de mi alma, leyendo tus composiciones frente a todo el alumnado. Ya se perfilaban tus condiciones.
Personalmente no puedo estar a tu lado, pero con todo el cariño que supiste ganar, te envío un fuerte abrazo que3 encierra el deseo de futuros éxitos.
Licha- Tu maestra de “quinto”.

LA FOTO:
Luis Castillo, Beatriz Lizzi, Darío Carrazza, Susana Lizzi.

CORO SANTA CECILIA

El músico Pedro Del Valle (en la foto conmigo), director del formidable coro "Santa Cecilia", que deleitó al (afortunadamente) numerosísimo público presente con sus interpretaciones. Todos los comentarios fueron elogiosos para estos artistas.

VERÓNICA TOLLER

La voz encargada de coordinar la presentación fue nada más y nada menos que la laureada periodista Verónica Toller.

EL PÚBLICO

Colegas, alumnos, compañeras/os del Poder Judicial, amistades de la vida, familiares, escritores, artistas y conocidos que compartieron conmigo esa noche tan importante de este mes de setiembre lograron, con su presencia contundente, que me emocionara. Tantos rostros, tanto afecto, tantas miradas de aprobación, resultan un tónico espiritual nada desdeñable.

Cultura en Plural

En Larroque hay un espacio denominado "Cultura en Plural", un lugar donde se propone el acceso a la cultura desde un lugar profun...