DUELE GAZA
¿Cómo convencer al agresor de que no siga?
¿Cómo defender al que yace inerme en soledad?
¿Cómo detener con nuestra voz tanta barbarie?
¿Cómo expresar dignidad sin llamar a pelea?
¡Duele, duele, duele, duele…!
Ni los pueblos son eternos ni su pobre sangre.
No hay heroísmo, patriotismo ni señorío
sino dos verdades: vencedores y vencidos.
Duele la impotencia, no el dolor ajeno.
Duele la conciencia, no el saberlo.
Duele sentir que uno podría quererlos.
Vivir, Creer, Osar, en ello se nos va la vida.
Ojalá en algo pudiera redimirles.
José Vicente Reyes Salazar es historiador y magíster en pedagogía de la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Catedrático de epistemología e historia de la educación en la escuela de letras de la misma universidad. Autor de “Poemas en desuso” y “Erografía fantástica”. Maestro de filosofía en educación media.
Véase: http://www.poemasendesuso.blogspot.com/
Gracias por entrar en mi casablog. Están todos invitados, por supuesto, a compartir este espacio, opinar, enviar comentarios, revisar el archivo y ver las entradas anteriores...
miércoles, 21 de enero de 2009
miércoles, 14 de enero de 2009
SILVIA LOUSTAU
lunes, 12 de enero de 2009
MARY ACOSTA
LÁGRIMAS NEGRAS
Lágrimas negras
se ahuecan como piedras
en rostros dormidos.
Sus cuerpos se extienden como raíces
sobre la enlutada tierra.
La sangre regada inútilmente
se desborda,
por el cántaro manso del tiempo.
El espacio llora lágrimas negras
y hoy se esparcen múltiples cenizas,
sobre almas quebradas.
Por el rincón de la luz
llueven lágrimas negras,
cristalizando la memoria de un tiempo volcánico.
Tras crujidos dolorosos, nacen pétalos marchitos
rogando dignidad.
Vidas sin corazones.
Corazones arrojados al sepulcro.
Y tras la realidad trágica,
un fuerte pestañeo:
Dios llorando.
© MARY ACOSTA
viernes, 9 de enero de 2009
LILÍ MUÑOZ
EL MURO
¿dónde están mis murallas?
Juan Gelman, Interrupciones 2
El muro
corta hilos
hilandera
abre grietas en nidos
corta manos
morenas negras
blancas de aceituna
con pecas con manchas de vejez
junta trinares
Víctor
trinos disfraces
Víctor
el muro entre tus manos
tan solitas
ligan todos los puentes
cerca márgenes
riberas
marejadas
tan lejos
tan nosotros.
En el muro se enmuran los lamentos
amurados desgarran
los tatuajes
grafitan pieles
mudantes en crecida.
Es mudo cemental
el muro de los nunca
muro-cerrazón
rotula la dientuda
pesa-almas en cripta
Palestina Judea
enmurallada.
Lilí Muñoz, Ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina, enero del 2009
Juan Gelman, Interrupciones 2
El muro
corta hilos
hilandera
abre grietas en nidos
corta manos
morenas negras
blancas de aceituna
con pecas con manchas de vejez
junta trinares
Víctor
trinos disfraces
Víctor
el muro entre tus manos
tan solitas
ligan todos los puentes
cerca márgenes
riberas
marejadas
tan lejos
tan nosotros.
En el muro se enmuran los lamentos
amurados desgarran
los tatuajes
grafitan pieles
mudantes en crecida.
Es mudo cemental
el muro de los nunca
muro-cerrazón
rotula la dientuda
pesa-almas en cripta
Palestina Judea
enmurallada.
Lilí Muñoz, Ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina, enero del 2009
jueves, 8 de enero de 2009
MASACRE
En esta pira los hombres han creado un código de muerte.
Sepulcros ambulantes, esos rostros de andar de extremo a extremo
sin que los tanques respeten ni hombre ni aldea.
Qué infancia estremecida les calienta la sangre
por el solo motivo de haber nacido en Jaffa
¿Tan terrible pecado los hace tan terribles
que hay que conjurarlos con bombas, con pájaros dragones?
Con candados de fuego cierran la vida.
Humanos, somos las ojeras de dioses sin nombre pronunciable.
Ya no tendremos tiempo de cosechar más flores
ni de escribir poesía, ni de hablar de un mañana:
los profanadores de vidas están sembrando tumbas con nombre y apellido.
La muerte tiene un vuelo rasante sobre los ojos rotos,
no avisa. Tiene un modo cruento de posarse en los techos desvalidos.
¿Es que no podemos aprender la paz? ¿No está escrito que no se multiplicará el odio ni el dolor ni la guerra? No hay un tratado de confianza, un estado de hermandad?
Si lo hubiera tal vez lo olvidaríamos. Somos absurdos,
a veces, estamos en medio de un mar de soledad y nadie nos recoge.
Esta es la isla del odio que lacera los cuerpos.
Pero el ser no está ni remotamente cerca de volcarse.
Parir un nuevo mundo no es obra de dos días, pero puede lograrse.
Perdonar y amar
eso parece imposible.
Susana Lizzi
9 de enero de 2008
Sepulcros ambulantes, esos rostros de andar de extremo a extremo
sin que los tanques respeten ni hombre ni aldea.
Qué infancia estremecida les calienta la sangre
por el solo motivo de haber nacido en Jaffa
¿Tan terrible pecado los hace tan terribles
que hay que conjurarlos con bombas, con pájaros dragones?
Con candados de fuego cierran la vida.
Humanos, somos las ojeras de dioses sin nombre pronunciable.
Ya no tendremos tiempo de cosechar más flores
ni de escribir poesía, ni de hablar de un mañana:
los profanadores de vidas están sembrando tumbas con nombre y apellido.
La muerte tiene un vuelo rasante sobre los ojos rotos,
no avisa. Tiene un modo cruento de posarse en los techos desvalidos.
¿Es que no podemos aprender la paz? ¿No está escrito que no se multiplicará el odio ni el dolor ni la guerra? No hay un tratado de confianza, un estado de hermandad?
Si lo hubiera tal vez lo olvidaríamos. Somos absurdos,
a veces, estamos en medio de un mar de soledad y nadie nos recoge.
Esta es la isla del odio que lacera los cuerpos.
Pero el ser no está ni remotamente cerca de volcarse.
Parir un nuevo mundo no es obra de dos días, pero puede lograrse.
Perdonar y amar
eso parece imposible.
Susana Lizzi
9 de enero de 2008
miércoles, 7 de enero de 2009
GAZA
Pan de gritos oscuros
noches de arena en sangre
de fuego entre los ojos.
La humanidad está en reversa.
Lágrimas no pueden apagar tanta desgracia.
Aquí y allá manos se ahogan
el corazón estalla.
Porqué llueve cenizas en la Franja
¿Porque la humanidad
tiene el paso detenido en sus deformidades?
Insensiblemente bombardean la vida
y nadie conoce el sentido de esta afrenta
La dimensión del odio cabe en una moneda.
Susana Lizzi
Entre Ríos, Argentina
noches de arena en sangre
de fuego entre los ojos.
La humanidad está en reversa.
Lágrimas no pueden apagar tanta desgracia.
Aquí y allá manos se ahogan
el corazón estalla.
Porqué llueve cenizas en la Franja
¿Porque la humanidad
tiene el paso detenido en sus deformidades?
Insensiblemente bombardean la vida
y nadie conoce el sentido de esta afrenta
La dimensión del odio cabe en una moneda.
Susana Lizzi
Entre Ríos, Argentina
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