Desde sus muros rotos
una mirada inunda
la silueta escindida
que dibuja
vacíos.
Las hijas del llanto,
pequeños suicidios de la luna,
tardan en trascender
el orden en que han sido concebidas.
Gigante negrura
escampa
un fulgor de memoria
entre la ausencia.
Susana Lizzi
24/2/09
No quiero que las calles vociferen
Esta lluvia de infancias
Que aturden destierros.
Condeno a mis temores
y desando
ternuras amputadas
con una muerte absurda
que es absurda.
¿Dónde pongo mis gritos
mis lejanas
sonrisas fraternales?
Mira cómo aletarga
el asfalto las huellas transeúntes,
son como soledades
absueltas.
Dueñas de sus costados
desdibujan
la marca de sus zapatos en la vida.
Y tu nombre estancado en la cuneta
restando tu voz a las voces
Sabiendo que yo sobreviviré
y no me atreveré a redimirte.
SÚ
Gracias por entrar en mi casablog. Están todos invitados, por supuesto, a compartir este espacio, opinar, enviar comentarios, revisar el archivo y ver las entradas anteriores...
martes, 24 de febrero de 2009
sábado, 14 de febrero de 2009
14 DE FEBRERO 1889
ESTE ES UN HOMENAJE A MIS BISABUELOS PATERNOS, QUIENES LLEGARON A ESTE PAÍS EL 14 DE FEBRERO DE 1889: ISIDORO LIZZI Y SANTA RAMONA. A CIENTO VEINTE AÑOS DE HABER CRUZADO EL OCÉANO, CON EMOCIÓN LOS VENERO, Y CON ELLOS, A MI PADRE, MARTÍN BENITO LIZZI.
ÁRBOL GENEALÓGICO
No hay blasones en mi árbol genealógico,
ni monedas de oro,
sólo un salto a través del océano indulgente,
después
la sombría lucha
la hazaña de parir hijo tras hijo
y una abuela dispuesta a ser mi abuela.
Nomás un arqueado esqueleto que sostiene
el misterio familiar
indeclinable,
alguna copla rescatada del albor de la memoria
alguna letra
confusa
una lejana canción cincelada en otra tierra
y la lengua de pie frente a la altura de este continente.
Con claridad recuerdo algunos rostros partiéndose en la tarde
vivenciando los cuentos
imprimiendo a la vejez el grito de la reminiscencia.
Yo acuno recetas heredadas
desando la profunda huella inmigratoria
avanzo y retrocedo cada vez que me habito.
Quiero saber
de qué anónima carne he sido la mitosis
qué manuscrito ha fundido las voces en el revés del tiempo
y traducir esa sangre remota
para fundirme en la vertiente indeleble de las razas.
Susana Lizzi
ÁRBOL GENEALÓGICO
No hay blasones en mi árbol genealógico,
ni monedas de oro,
sólo un salto a través del océano indulgente,
después
la sombría lucha
la hazaña de parir hijo tras hijo
y una abuela dispuesta a ser mi abuela.
Nomás un arqueado esqueleto que sostiene
el misterio familiar
indeclinable,
alguna copla rescatada del albor de la memoria
alguna letra
confusa
una lejana canción cincelada en otra tierra
y la lengua de pie frente a la altura de este continente.
Con claridad recuerdo algunos rostros partiéndose en la tarde
vivenciando los cuentos
imprimiendo a la vejez el grito de la reminiscencia.
Yo acuno recetas heredadas
desando la profunda huella inmigratoria
avanzo y retrocedo cada vez que me habito.
Quiero saber
de qué anónima carne he sido la mitosis
qué manuscrito ha fundido las voces en el revés del tiempo
y traducir esa sangre remota
para fundirme en la vertiente indeleble de las razas.
Susana Lizzi
14 DE FEBRERO 1889-2008
ÁRBOL GENEALÓGICO
No hay blasones en mi árbol genealógico,
ni monedas de oro,
sólo un salto a través del océano indulgente,
después
la sombría lucha
la clemencia de parir hijo tras hijo
y una abuela dispuesta a ser mi abuela.
Nomás un arqueado esqueleto que sostiene
el misterio familiar indeclinable,
alguna copla rescatada del albor de la memoria
alguna letra
confusa
una lejana canción apenas cincelada en otra tierra
y la lengua de pie frente a la altura de este continente.
Con claridad recuerdo algunos rostros partiéndose en la tarde
vivenciando los cuentos
imprimiendo a la vejez el grito de la reminiscencia.
Yo acuno las recetas heredadas
desando la profunda huella inmigratoria
avanzo y retrocedo cada vez que me habito.
Quiero saber
de qué anónima carne he sido la mitosis
qué manuscrito ha fundido las voces en el revés del tiempo
y traducir esa sangre remota
para fundirme en la vertiente indeleble de las razas.
Susana Lizzi
No hay blasones en mi árbol genealógico,
ni monedas de oro,
sólo un salto a través del océano indulgente,
después
la sombría lucha
la clemencia de parir hijo tras hijo
y una abuela dispuesta a ser mi abuela.
Nomás un arqueado esqueleto que sostiene
el misterio familiar indeclinable,
alguna copla rescatada del albor de la memoria
alguna letra
confusa
una lejana canción apenas cincelada en otra tierra
y la lengua de pie frente a la altura de este continente.
Con claridad recuerdo algunos rostros partiéndose en la tarde
vivenciando los cuentos
imprimiendo a la vejez el grito de la reminiscencia.
Yo acuno las recetas heredadas
desando la profunda huella inmigratoria
avanzo y retrocedo cada vez que me habito.
Quiero saber
de qué anónima carne he sido la mitosis
qué manuscrito ha fundido las voces en el revés del tiempo
y traducir esa sangre remota
para fundirme en la vertiente indeleble de las razas.
Susana Lizzi
martes, 3 de febrero de 2009
NORMA BEATRIZ MORENO

TANGO
Sombras nada más
Entre tu vida y mi vida……
¿recuerdas?
Es el estribillo de un tango.
Pero estas sombras son más sugerentes,
Me traen volutas de algodones
Enormes y tiznados
Me traen pies mojados
Escalofrío……
Todo se mueve vertiginosamente,
El aire arrecia.
Busco un refugio, pero…...
¿Cúal es el sitio idóneo?
Un toldo, un portal, una cafetería…
Dudo.
Mejor entro en mí
Todo está calentito
Y así
Se disipan las sombras
Entre tu vida y mi vida.
Norma Beatriz Moreno.
Sombras nada más
Entre tu vida y mi vida……
¿recuerdas?
Es el estribillo de un tango.
Pero estas sombras son más sugerentes,
Me traen volutas de algodones
Enormes y tiznados
Me traen pies mojados
Escalofrío……
Todo se mueve vertiginosamente,
El aire arrecia.
Busco un refugio, pero…...
¿Cúal es el sitio idóneo?
Un toldo, un portal, una cafetería…
Dudo.
Mejor entro en mí
Todo está calentito
Y así
Se disipan las sombras
Entre tu vida y mi vida.
Norma Beatriz Moreno.
miércoles, 21 de enero de 2009
DUELE GAZA
DUELE GAZA
¿Cómo convencer al agresor de que no siga?
¿Cómo defender al que yace inerme en soledad?
¿Cómo detener con nuestra voz tanta barbarie?
¿Cómo expresar dignidad sin llamar a pelea?
¡Duele, duele, duele, duele…!
Ni los pueblos son eternos ni su pobre sangre.
No hay heroísmo, patriotismo ni señorío
sino dos verdades: vencedores y vencidos.
Duele la impotencia, no el dolor ajeno.
Duele la conciencia, no el saberlo.
Duele sentir que uno podría quererlos.
Vivir, Creer, Osar, en ello se nos va la vida.
Ojalá en algo pudiera redimirles.
José Vicente Reyes Salazar es historiador y magíster en pedagogía de la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Catedrático de epistemología e historia de la educación en la escuela de letras de la misma universidad. Autor de “Poemas en desuso” y “Erografía fantástica”. Maestro de filosofía en educación media.
Véase: http://www.poemasendesuso.blogspot.com/
¿Cómo convencer al agresor de que no siga?
¿Cómo defender al que yace inerme en soledad?
¿Cómo detener con nuestra voz tanta barbarie?
¿Cómo expresar dignidad sin llamar a pelea?
¡Duele, duele, duele, duele…!
Ni los pueblos son eternos ni su pobre sangre.
No hay heroísmo, patriotismo ni señorío
sino dos verdades: vencedores y vencidos.
Duele la impotencia, no el dolor ajeno.
Duele la conciencia, no el saberlo.
Duele sentir que uno podría quererlos.
Vivir, Creer, Osar, en ello se nos va la vida.
Ojalá en algo pudiera redimirles.
José Vicente Reyes Salazar es historiador y magíster en pedagogía de la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Catedrático de epistemología e historia de la educación en la escuela de letras de la misma universidad. Autor de “Poemas en desuso” y “Erografía fantástica”. Maestro de filosofía en educación media.
Véase: http://www.poemasendesuso.blogspot.com/
miércoles, 14 de enero de 2009
SILVIA LOUSTAU
lunes, 12 de enero de 2009
MARY ACOSTA
LÁGRIMAS NEGRAS
Lágrimas negras
se ahuecan como piedras
en rostros dormidos.
Sus cuerpos se extienden como raíces
sobre la enlutada tierra.
La sangre regada inútilmente
se desborda,
por el cántaro manso del tiempo.
El espacio llora lágrimas negras
y hoy se esparcen múltiples cenizas,
sobre almas quebradas.
Por el rincón de la luz
llueven lágrimas negras,
cristalizando la memoria de un tiempo volcánico.
Tras crujidos dolorosos, nacen pétalos marchitos
rogando dignidad.
Vidas sin corazones.
Corazones arrojados al sepulcro.
Y tras la realidad trágica,
un fuerte pestañeo:
Dios llorando.
© MARY ACOSTA
viernes, 9 de enero de 2009
LILÍ MUÑOZ
¿dónde están mis murallas?
Juan Gelman, Interrupciones 2
El muro
corta hilos
hilandera
abre grietas en nidos
corta manos
morenas negras
blancas de aceituna
con pecas con manchas de vejez
junta trinares
Víctor
trinos disfraces
Víctor
el muro entre tus manos
tan solitas
ligan todos los puentes
cerca márgenes
riberas
marejadas
tan lejos
tan nosotros.
En el muro se enmuran los lamentos
amurados desgarran
los tatuajes
grafitan pieles
mudantes en crecida.
Es mudo cemental
el muro de los nunca
muro-cerrazón
rotula la dientuda
pesa-almas en cripta
Palestina Judea
enmurallada.
Lilí Muñoz, Ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina, enero del 2009
Juan Gelman, Interrupciones 2
El muro
corta hilos
hilandera
abre grietas en nidos
corta manos
morenas negras
blancas de aceituna
con pecas con manchas de vejez
junta trinares
Víctor
trinos disfraces
Víctor
el muro entre tus manos
tan solitas
ligan todos los puentes
cerca márgenes
riberas
marejadas
tan lejos
tan nosotros.
En el muro se enmuran los lamentos
amurados desgarran
los tatuajes
grafitan pieles
mudantes en crecida.
Es mudo cemental
el muro de los nunca
muro-cerrazón
rotula la dientuda
pesa-almas en cripta
Palestina Judea
enmurallada.
Lilí Muñoz, Ciudad de Neuquén, Patagonia Argentina, enero del 2009
jueves, 8 de enero de 2009
MASACRE
En esta pira los hombres han creado un código de muerte.
Sepulcros ambulantes, esos rostros de andar de extremo a extremo
sin que los tanques respeten ni hombre ni aldea.
Qué infancia estremecida les calienta la sangre
por el solo motivo de haber nacido en Jaffa
¿Tan terrible pecado los hace tan terribles
que hay que conjurarlos con bombas, con pájaros dragones?
Con candados de fuego cierran la vida.
Humanos, somos las ojeras de dioses sin nombre pronunciable.
Ya no tendremos tiempo de cosechar más flores
ni de escribir poesía, ni de hablar de un mañana:
los profanadores de vidas están sembrando tumbas con nombre y apellido.
La muerte tiene un vuelo rasante sobre los ojos rotos,
no avisa. Tiene un modo cruento de posarse en los techos desvalidos.
¿Es que no podemos aprender la paz? ¿No está escrito que no se multiplicará el odio ni el dolor ni la guerra? No hay un tratado de confianza, un estado de hermandad?
Si lo hubiera tal vez lo olvidaríamos. Somos absurdos,
a veces, estamos en medio de un mar de soledad y nadie nos recoge.
Esta es la isla del odio que lacera los cuerpos.
Pero el ser no está ni remotamente cerca de volcarse.
Parir un nuevo mundo no es obra de dos días, pero puede lograrse.
Perdonar y amar
eso parece imposible.
Susana Lizzi
9 de enero de 2008
Sepulcros ambulantes, esos rostros de andar de extremo a extremo
sin que los tanques respeten ni hombre ni aldea.
Qué infancia estremecida les calienta la sangre
por el solo motivo de haber nacido en Jaffa
¿Tan terrible pecado los hace tan terribles
que hay que conjurarlos con bombas, con pájaros dragones?
Con candados de fuego cierran la vida.
Humanos, somos las ojeras de dioses sin nombre pronunciable.
Ya no tendremos tiempo de cosechar más flores
ni de escribir poesía, ni de hablar de un mañana:
los profanadores de vidas están sembrando tumbas con nombre y apellido.
La muerte tiene un vuelo rasante sobre los ojos rotos,
no avisa. Tiene un modo cruento de posarse en los techos desvalidos.
¿Es que no podemos aprender la paz? ¿No está escrito que no se multiplicará el odio ni el dolor ni la guerra? No hay un tratado de confianza, un estado de hermandad?
Si lo hubiera tal vez lo olvidaríamos. Somos absurdos,
a veces, estamos en medio de un mar de soledad y nadie nos recoge.
Esta es la isla del odio que lacera los cuerpos.
Pero el ser no está ni remotamente cerca de volcarse.
Parir un nuevo mundo no es obra de dos días, pero puede lograrse.
Perdonar y amar
eso parece imposible.
Susana Lizzi
9 de enero de 2008
miércoles, 7 de enero de 2009
GAZA

Pan de gritos oscuros
noches de arena en sangre
de fuego entre los ojos.
La humanidad está en reversa.
Lágrimas no pueden apagar tanta desgracia.
Aquí y allá manos se ahogan
el corazón estalla.
Porqué llueve cenizas en la Franja
¿Porque la humanidad
tiene el paso detenido en sus deformidades?
Insensiblemente bombardean la vida
y nadie conoce el sentido de esta afrenta
La dimensión del odio cabe en una moneda.
Susana Lizzi
Entre Ríos, Argentina
noches de arena en sangre
de fuego entre los ojos.
La humanidad está en reversa.
Lágrimas no pueden apagar tanta desgracia.
Aquí y allá manos se ahogan
el corazón estalla.
Porqué llueve cenizas en la Franja
¿Porque la humanidad
tiene el paso detenido en sus deformidades?
Insensiblemente bombardean la vida
y nadie conoce el sentido de esta afrenta
La dimensión del odio cabe en una moneda.
Susana Lizzi
Entre Ríos, Argentina
lunes, 29 de diciembre de 2008
EN ESTADO DE VERDAD
Zancadillas de la edad ponen freno a mi impulso.
Trago todas las sonrisas que floreaban mi casa.
Arranqué todas las raíces de las tempestades
y ahora, en silencio, me encamino a la ruta de los viejos.
Mi vientre está en plena aridez. Secas las ramas añoran otras hojas
soleadas; entrelazan los muros de una hiedra en pedazos
y se declaran muertas de toda mortandad.
La piel cambia su brillo por mortaja
y se cubre del hábito de los cuerpos gastados.
No alcanza con la resignación, ni con la estudiada
indiferencia ante la decrepitud.
Nada es tan fácil,
solamente hay que cruzar el río caudaloso de los años
con las piernas convertidas en piedra
por el estrecho puente de la muerte
y sonreír
después de todo
no hay más nada que hacer.
Salvo los sueños.
Susana Lizzi
Trago todas las sonrisas que floreaban mi casa.
Arranqué todas las raíces de las tempestades
y ahora, en silencio, me encamino a la ruta de los viejos.
Mi vientre está en plena aridez. Secas las ramas añoran otras hojas
soleadas; entrelazan los muros de una hiedra en pedazos
y se declaran muertas de toda mortandad.
La piel cambia su brillo por mortaja
y se cubre del hábito de los cuerpos gastados.
No alcanza con la resignación, ni con la estudiada
indiferencia ante la decrepitud.
Nada es tan fácil,
solamente hay que cruzar el río caudaloso de los años
con las piernas convertidas en piedra
por el estrecho puente de la muerte
y sonreír
después de todo
no hay más nada que hacer.
Salvo los sueños.
Susana Lizzi
domingo, 7 de diciembre de 2008
En Chile

Año 2006. Octubre. En Santiago de Chile, junto al monumento a Pablo Neruda, genial poeta que fue capaz de escribir sonetos como este:
"Dos amantes dichosos hacen un solo pan,
una sola gota de luna en la hierba,
dejan andando dos sombras que se reúnen,
dejan un solo sol vacío en una cama.
una sola gota de luna en la hierba,
dejan andando dos sombras que se reúnen,
dejan un solo sol vacío en una cama.
De todas las verdades escogieron el día:
no se ataron con hilos sino con un aroma,
y no despedazaron la paz ni las palabras.
no se ataron con hilos sino con un aroma,
y no despedazaron la paz ni las palabras.
La dicha es una torre transparente.
El aire, el vino van con los dos amantes,
la noche les regala sus pétalos dichosos,
tienen derecho a todos los claveles.
Dos amantes dichosos no tienen fin ni muerte,
nacen y mueren muchas veces mientras viven,
tienen la eternidad de la naturaleza.
MARTA ÁLVAREZ
¿Qué es literatura?
Es un volcán en erupción
por laderas humanas
quemando y renovando
la tierra, el alma.
Poema VII, de "De las simples cosas"
Marta Álvarez vive en Paraná, Entre Ríos. Ha publicado "Desde todos los cielos", "Gabriel el enviado", "El eterno ausente" y "El vértice de las cosas". Ha participado en Congresos y Encuentros de escritores. Integra la CD de la SADE Seccional Entre Ríos y es Cónsul de la asociación Poetas del Mundo.
Es un volcán en erupción
por laderas humanas
quemando y renovando
la tierra, el alma.
Poema VII, de "De las simples cosas"
Marta Álvarez vive en Paraná, Entre Ríos. Ha publicado "Desde todos los cielos", "Gabriel el enviado", "El eterno ausente" y "El vértice de las cosas". Ha participado en Congresos y Encuentros de escritores. Integra la CD de la SADE Seccional Entre Ríos y es Cónsul de la asociación Poetas del Mundo.
sábado, 29 de noviembre de 2008
HOMENAJE POST MORTEM A MARTÍN M. LIZZI
ECLIPSE
Es el éxodo de la luz:
las sombras
se suicidan en una ceremonia rota.
El vacío fluye en el rojo relámpago del latido
como un coagulo de cielo
oculto en mi carne,
donde la araña ya tejió su mapa hacia la noche.
La serpiente bajo mis pies
se abisma al mar,
mi reflejo es su pupila deshabitada,
y el océano sangra en mis manos
mientras el agudo jinete de arena
afila sus lanzas sobre el álgebra circular del universo.
La sombra
es el espejo que muestra al otro,
a veces es el cuerpo el que apresa a los demonios.
Ahora,
cada silencio es un rincón
donde la sal oculta sus tormentas.
Entonces,
el eclipse es de cuerpo
y ya no es secreto:
la quintaesencia
es despertar sobre el reverso de la sombra.
Eduardo Martín García Lizzi
Es el éxodo de la luz:
las sombras
se suicidan en una ceremonia rota.
El vacío fluye en el rojo relámpago del latido
como un coagulo de cielo
oculto en mi carne,
donde la araña ya tejió su mapa hacia la noche.
La serpiente bajo mis pies
se abisma al mar,
mi reflejo es su pupila deshabitada,
y el océano sangra en mis manos
mientras el agudo jinete de arena
afila sus lanzas sobre el álgebra circular del universo.
La sombra
es el espejo que muestra al otro,
a veces es el cuerpo el que apresa a los demonios.
Ahora,
cada silencio es un rincón
donde la sal oculta sus tormentas.
Entonces,
el eclipse es de cuerpo
y ya no es secreto:
la quintaesencia
es despertar sobre el reverso de la sombra.
Eduardo Martín García Lizzi
lunes, 17 de noviembre de 2008
ANCIANO
Llegó
con cierta holgura de alpargatas cansadas,
su mirada tenía
el vacío color de los perplejos.
sus manos
se abrían y cerraban
como un latido al borde de la gente
entre la puerta principal y el atrio helado.
su brazo se estiró como una lengua mustia
salían todos de la misa
y él quedó ahí apagando vaciedades.
cuando hubieron salido los creyentes
miró al fondo el altar,
temblando un poco
se llevó los dedos a la frente y
despacio
como era su costumbre
susurró las palabras
“en el nombre del padre…”
el sombrero vacío de monedas.
el corazón vacío de amistades.
el estómago seco
el alma llena de esperanza.
Susana Lizzi
con cierta holgura de alpargatas cansadas,
su mirada tenía
el vacío color de los perplejos.
sus manos
se abrían y cerraban
como un latido al borde de la gente
entre la puerta principal y el atrio helado.
su brazo se estiró como una lengua mustia
salían todos de la misa
y él quedó ahí apagando vaciedades.
cuando hubieron salido los creyentes
miró al fondo el altar,
temblando un poco
se llevó los dedos a la frente y
despacio
como era su costumbre
susurró las palabras
“en el nombre del padre…”
el sombrero vacío de monedas.
el corazón vacío de amistades.
el estómago seco
el alma llena de esperanza.
Susana Lizzi
jueves, 6 de noviembre de 2008
FRUSTRACIÓN
sábado, 11 de octubre de 2008
LOS SUEÑOS
Yo no olvidé los sueños,
es mentira
que su lenguaje oculto ha abandonado mi casa inhabitada,
se han quedado al acecho
acaso sordos
mudos
como un perro pura vejez,
un mapa sin asombros…
De un hemisferio a otro de la vida, trasladados,
bostezan
se postergan
se inquietan cada tanto
y esperan la sentencia demorada.
¿Que he olvidado los sueños?
Es mentira:
se los ha llevado un mar de noches acuciadas por ásperos insomnios
la vehemencia del instinto,
la traidora lucidez.Yo tengo la certeza de que han dejado un rescoldo amanecido
un resto de azoradas cenizas.
Un día
me inclinaré a remover este puñado patético de ardores que aún me sobreviven
en busca de la elocuencia que cierre esta puerta
por donde se ha colado el vacío.
Allí, donde mi alma y yo,
donde mi envoltura se abraza a mi palabra
está enterrado
y aún restalla
el eco de mis sueños
barrenando ausencias.
Yo no los he olvidado.
Tal vez, de tanto postergarlos,
ellos
me han olvidado a mí. Eso es posible.
Susana Lizzi
es mentira
que su lenguaje oculto ha abandonado mi casa inhabitada,
se han quedado al acecho
acaso sordos
mudos
como un perro pura vejez,
un mapa sin asombros…
De un hemisferio a otro de la vida, trasladados,
bostezan
se postergan
se inquietan cada tanto
y esperan la sentencia demorada.
¿Que he olvidado los sueños?
Es mentira:
se los ha llevado un mar de noches acuciadas por ásperos insomnios
la vehemencia del instinto,
la traidora lucidez.Yo tengo la certeza de que han dejado un rescoldo amanecido
un resto de azoradas cenizas.
Un día
me inclinaré a remover este puñado patético de ardores que aún me sobreviven
en busca de la elocuencia que cierre esta puerta
por donde se ha colado el vacío.
Allí, donde mi alma y yo,
donde mi envoltura se abraza a mi palabra
está enterrado
y aún restalla
el eco de mis sueños
barrenando ausencias.
Yo no los he olvidado.
Tal vez, de tanto postergarlos,
ellos
me han olvidado a mí. Eso es posible.
Susana Lizzi
martes, 30 de septiembre de 2008

VIDA ABAJO
Apenas puedo ver mi sombra de tan sombra
apenas
puedo.
Iría hasta el amanecer y volvería
-me propuse-
...pero el trayecto se dilapidó en la semilla de esos días
en presagios
en la honda dificultad de encontrar un porqué para mi cosmos
y perdí la ruta consentida
la silueta del canto a quemarropa
la simiente floreciendo voces
la voluntad de soñar
eso
perdí.
Si acaso reír pudiera
en los dientes el tatuaje del silencio
acosaría la apacible inquietud del rostro entero
quedaría pariendo mitades de muecas
frías
en la penumbra de esta desapacible noche.
No llegó el intrincado universo hasta mi calle
y me insultó con su frialdad de nieve.
Hoy celebro
que todos los detalles me superen
mientras tiro la cuerda
vida abajo.
Susana Lizzi
Apenas puedo ver mi sombra de tan sombra
apenas
puedo.
Iría hasta el amanecer y volvería
-me propuse-
...pero el trayecto se dilapidó en la semilla de esos días
en presagios
en la honda dificultad de encontrar un porqué para mi cosmos
y perdí la ruta consentida
la silueta del canto a quemarropa
la simiente floreciendo voces
la voluntad de soñar
eso
perdí.
Si acaso reír pudiera
en los dientes el tatuaje del silencio
acosaría la apacible inquietud del rostro entero
quedaría pariendo mitades de muecas
frías
en la penumbra de esta desapacible noche.
No llegó el intrincado universo hasta mi calle
y me insultó con su frialdad de nieve.
Hoy celebro
que todos los detalles me superen
mientras tiro la cuerda
vida abajo.
Susana Lizzi
martes, 23 de septiembre de 2008
CARIDAD

Ahí viene la señora buena,
trae sonrisas para la gente del barrio
y unos paquetes para el salón parroquial.
En un auto lustroso viene,
por eso
los nenitos se apretujan para ver,
espían a través de los vidrios
las alfombras
el tapizado azul
las luces.
Mirá mirá mirá.
La señora viene del centro
Mirá mirá mirá.
La señora viene del centro
tiene un negocio que vende cosas muy inútiles
por eso tiene poco para los pobres.
Pero es buena
Siempre trae algo que le sobra.
Esta noche un chiquito pelo chuzo
Esta noche un chiquito pelo chuzo
Se acostará sonriendo:
hoy la señora buena le tocó la cabeza...
La calle larga
Era una cara larga llena de manos flacas
la del barrio del hambre,
de narices pinchadas por barros malolientes
y yuyos escarchados.
Era una larga calle deforme y silenciosa
que miraba a lo lejos
detrás de prominentes
almas embarazadas.
Yo pasé por la calle
y me quedé prendida de un brazo descarnado.
Yo pasé, simplemente
y me golpeó la calle con su guante de hambre.
Era una larga cara,
tan larga,
que me sigue
donde quiera que vaya.
Susana Lizzi
sábado, 13 de septiembre de 2008
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