miércoles, 26 de enero de 2011

POEMA: LA CASA


La  casa
¿Una lágrima aquí? ¿En esta ausencia,
en esta casa con piso de mosaicos y verde en las ventanas?
¿Aquí, donde ha pasado el zapato pequeño de un niño que soñaba con ser músico un día
donde se junta el barro secreto de la infancia
y se desdobla en puertos de silencio?
¡Qué no pasó en la puerta de esta casa!
¡Qué dolor no atravesó su marco adormecido!
¡Cuánta desgracia ennegreció su reja
y cómo han degradado su fachada!

Hoy he levantado el perfil hacia lo alto
de pie en medio del patio desterrado
cometí la soberbia de buscar viejos nombres, risas frescas, vida,
recuerdos…
Un gusano agorero me condujo a lugares impuros.
-¿Qué estás lamentando con tu amargo desorden?
Dijo
(reptaba entre baldosas flojas y vigas desprolijas).  
Ah, qué tercos somos los humanos sin gloria, qué desnudos quedamos ante el rostro del tiempo
¿Semejante camino recorrido estos años,
tanto amor, tanto odio, tanta tierra en la piel
tanta saña y envidia y ternura y misterio
¿Para qué?
¿Y el esfuerzo? La calle con su abstracta presencia vio el esfuerzo,
el vaivén de los sueños adultos en pos del futuro de los hijos
los hijos
con sus ojos tibios y su promisoria palabra petulante
los hijos
cometiendo la inquietud del crecimiento
hurgando hombres simiente de pecado y conjetura.
Ya no los veo por aquí y tampoco han sido lo que quisieron ser
ni yo tampoco.
De nada me sirvió el malabarismo de un trabajo tras otro y el volver con cansancio por las noches con la sonrisa a cuestas,
de nada perder en el camino el rencor y la rabia
de nada profanar mis altos ideales temblando
de nada perder lo imprescindible.
De nada.
La desgracia siguió entrando por cada hendija: la enfermedad, la muerte, los vicios, la injusticia, la trampa, la mentira, el engaño…
¿Es que nunca aprenderemos a espantarnos las máscaras,
a no ser asesinos de promesas
a escribir la claridad con letras indelebles?
La felicidad está en lo alto de la rama de un pino bamboleante:
nunca llegaré a esa minúscula luciérnaga.
Mi designio se inscribía fatal mientras era parida
y nadie me advirtió
que hoy
tantísimos años después de haber soñado
encontraría solamente una lágrima
aquí,
en esta casa.



 Poema: Susana Lizzi
Imagen: Francoise Niely



3 comentarios:

nidia della giustina dijo...

¿Una lágrima allí? ¡Cuántas emociones me identifican con vos! La bíblica "espada atravesando el corazón de una madre"!Hubiera querido abrazarte ese 26 de enero. La sensibilidad que lleva a saber decir con tanta luz, y a la vez magnifica la cruz de cada día. Te acompaña mi admiración, mi comprensión, mi cariño... y una lágrima aquí.Escribe,escribe,escribe!!!!

Sabina dijo...

Qué hermoso poema Su!!!! me animaría a decir que es de lo mejor que he leído de vos. Me llegó allí dentro donde sólo llegan los buenos artistas.

Susana Lizzi dijo...

Gracias, Sabina querida. Viniendo de vos es un elogiazo! Besos contentos. Sú

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